domingo, 8 de marzo de 2009

“En el rostro luminoso de tu Hijo, te contemplamos Señor”(Mc.9)


Oír a Jesús en el Evangelio fortalece nuestra fe, como el monte Tabor fortaleció la fe de los Apóstoles. Fe en la que no estará ausente ciertamente el Tabor, pero sin duda alguna que estará presente el calvario, la muerte, la negación de sí mismo, la posesión de la propia vida…
II° Domingo de Cuaresma (b)

Por Mons. Marcelo Martorell

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